Restaurante Dolcet - Alàs, Lleida

Marcelino B. S.

Buen lugar para disfrutar del ambiente y de la gastronomía, además del paisaje. Excelente comida, buen servicio y buen ambiente. Hemos ido muchas veces y seguiremos repitiendo.

EMMA B.

Fuimos sin reserva y la espera no se hizo muy larga. Nos recomendaron el sitio y sin duda volveríamos a ir.

Edu P.

Buen restaurante “de carretera” ya que hay que ir a un pueblecito que está a 2/3 km de la carretera nacional.
Te sorprende gratamente la amplísima carta de vinos que tienen, donde hay reseñas de gran calidad con precios mas que adecuados.
La comida es lo que esperas de un sitio de montaña, buenos guisos y buena cantidad en los platos.
Vale mucho la pena acercarse a este restaurante.

Sohn V. D.

Restaurante situado en el pueblecito de Alás. De aspecto rústico, muy buena comida, de calidad, cantidad y bien hecha. Precios normales prácticamente todos los platos entre 10 y 20€. Servicio atento y ambiente familiar. Lo recomiendo a cualquiera que le guste comer comida casera, visitadlo y dejarme los comentarios,

Tania C.

Cocina catalana 100% y casera, hecha con cariño, nos encantó el fricandó y las albóndigas. Un detalle que me gustó mucho fue que al pedir de postre mel i mató, te ponen un cuenquito con la miel para que te pongas a tu gusto. Las cantidades muy generosas. La atención muy correcta y agradable, muy familiar.

José L. L.

Este restaurante da servicio también al Hotel Dolcet y la verdad es que cenamos de maravilla y cocina muy casera. Al final todos son lo mismo, familia.
Nos encantó.

Gabi S.

Parece que sí, sí, sí.... pero al final fue un desengaño muy grande.

Hacía muchísimos años que fuimos a este restaurante con unos amigos y recuerdo que todos quedamos maravillados por la calidad (y la cantidad) de la entrañablemente casera comida que nos sirvieron. No lo olvidaremos con facilidad.

Así que nos decidimos a volver después de tantos años y animados por las buenas críticas que se leen por aquí. Pero, sin duda, hemos escogido un mal día o una mala semana.... o qué se yo.

Un primero para entrar, unas típicas habitas a la catalana. Pequeñitas, muy suaves, muy sabrosas, acompañadas con todos los sacramentos, como diría un buen mossen (monje, cura, en catalán), su tocinito, su butifarra negra.... deliciosas.

Y seguimos con las carnes; nos avisaron de que nos preparásemos, que en Can Dolcet no se andan con chiquitas. Así que nos fuimos a por la espaldita de cordero al horno y fricandó de ternera recomendado fuera de carta.

Trajeron las platos y ya nos estábamos relamiendo. La salsita del fricandó tenía una pinta bárbara. Pero cuando empiezo a ordenarme el plato con los cubiertos veo una patata guisada al horno exactamente igual que otra que tenía el plato del cordero al horno. En efecto, no creo equivocarme si afirmo que la patata de fricandó, con piel, estaba hecha al horno y no en la salsa con su carne.

El comensal de la espaldita de cordero se quejaba de que estaba muy seca, muy hecha, muy pasada. Mientras tanto yo me conformaba con unos sencillos champiñones en mi fricandó. Pero, vamos a ver, señor cocinero (o señor propietario), no me diga usted que en plena Cerdanya catalana no hay variedad de setas como para abrumar a cualquiera ¿y yo me he de conformar con champiñones en mi fricandó?. ¿No había rovellons? ni moixernons?; ¿no había trompetes de la mort? unas simples girgoles?... porque en el mercado de la Seu, en plena calle de todos los martes, había muchísimas,

En fin.....

Lo peor de todo es que también tuve que darle la razón a mi acompañante porque algún trozo de carne también me salió bastante seco. Pero, ¿cómo puede salir seco un trozo de ternera en un fricandó?. La única respuesta que se me ocurre es la de las prisas en los fogones.

Quisimos llevarnos el buen sabor de boca de un crema catalana de postre. La marca de la casa, el 'live motiv' del restaurante, de toda la vida, la condición 'sine qua non' fuimos allí, el 'alma mater' de los postres. Fue fácil escoger, ya que en los postres recitados sin carta sólo la acompañaba un flan casero y muchos helados no caseros.

Bueno, no me extenderé más; sólo quisiera recordar a quien quiera que la crema catalana se hace con bastante más leche, nada de agua y un poco más de azúcar por dentro, en la crema; por fuera tenía toda la necesaria para tapar bien el fracaso de lo que cubría.

Acabo con mis dos preguntas vitales:
1.- ¿Tienen Coca-Cola o Pepsi en tamaño adecuado para una mesa (330 ó 350 cc.)?. La respuesta es la negativa; los que hemos de conducir nos hemos de conformar con agua.
2.- ¿Volvería al restaurante?. Pues no; sinceramente no.

Oriol P.

Comida casera, comedor grande y diafono. Buena atención y platos caseros, como los de la abuela. En temporada de setas, muy buenos platos. Elejimos 'ceps' salteados, muy muy buenos y trinxat de la cerdanya de segundo, espectacular!(sin butifarra negra). Ubicado al centro del pueblo, parquing en la misma calle.