Mas Gusó restaurant - Sant Pere Pescador, Girona

Silvia

Hemos ido en dos ocasiones a este bonito espacio gastronómico. En una primera ocasión escogimos el menú degustación, materia prima de calidad pero nosotros que somos de buen comer, nos pareció muy justo. Como nos gusta dar segundas oportunidades a lugares con encanto, volvimos para celebrar un aniversario, en este caso a la carta y mucho mejor. Nos queda pendiente volver para probar sus arroces que pudimos ver en otras mesas y tenían una pinta muy buena. El personal nos brindó una gran atención, siempre con una sonrisa. Después de comer aprovechamos para pasear por sus jardines, acabamos tomando una copa en la zona de sofás a la fresca.

Marina S.

Me recomendaron este restaurante por la música en directo y la comida. Sin embargo, aunque no puedo decir que la experiencia fue nefasta, no estuvo a la altura de mis expectativas viendo el enclave y la variedad de zonas que puedes encontrar. Es casi obligatorio ir con reserva y en la web se indica que podrás disponer de la mesa durante dos horas; en nuestro caso no llegamos a “consumirlas” aunque vimos que había mesas que llevaban allí más tiempo y por supuesto, no levantaron a los comensales. Se trata de una medida lógica para pleno verano ya que es un lugar en Costa Brava con mucha afluencia. Nos decepcionó la elaboración de los platos. La carta es muy extensa tanto de platos como de vinos, cavas… aunque no puedo poner la reseña que me gustaría. El pan, tanto de unas tostadas de salmón como del foie estaba duro y que un plato fuera de carta recomendado por el personal te cobren 12€ cuando es salmón ahumado con huevas y pan tostado… Ni aguacate, ni lima… en las fotos puede verse. Como punto a favor y muy recomendable (es lo que esperábamos en todos los platos) el calamar relleno de butifarra estaba muy bueno; un sabor diferente. Al igual que el pescado de la Loja, en nuestro caso era el rape y el precio (30€) y la elaboración del plato al ser al horno era correcta. El lugar es muy bonito aunque es muy complicado servir a tantísima gente con una elaboración superior. Pequeña decepción ya que, las expectativas eran altas. Relación calidad- precio negativa en mi caso. Excepcional servicio desde el inicio.

Jorge R. M.

Muy acogedor, calidad en los productos. Muchas separación entre mesas para tener discreción. Aunque toda la zona está al aire libre, si llueve tienen la opción de poder cubrirlo. Disponen de una zona para tomar una copa, a veces hay música en directo. Carta con más de 500 vinos.
Recomiendo las vieras y el pulpo a la brasa.
Precio medio de 62€ por persona.

Javier V.

Un trato excelente y un ambiente relajado.
Comimos fenomenal y nos hicieron sentir cómodos en todo momento. Los entrantes fenomenales, el arroz con txuleta correcto y los postres extraordinarios - grata sorpresa los postres!
Como único (y mínimo) punto a mejorar, los cuchillos de carne necesitan un afilado.

Pilar G.

Me encantó el sitio y la cena fue espectacular. Todo exquisito. Entiendo que debe ser más bonito aún en verano, porque queda todo abierto a la terraza. Echamos de menos haber podido tomar una copa después, pero solo está disponible en época veraniega según nos informaron. Quizás es algo que se debería especificar en la web.

Sergio M.

Mas Gusó fue una grata sorpresa. La comida exquisita, con sabores únicos y presentaciones impecables. El ambiente íntimo y romántico, junto con el servicio atento, crearon la atmósfera perfecta para una ocasión especial. ¡Muy recomendable!

Angel F. A.

Restaurante pintoresco con un parque infantil, agradable emplazamiento para comer, una àmplia carta de vinos e incluso tienen el suyo propio "plataner".
Disponen también de boutique y vinoteca. Cocina mediterránea de mucha calidad y servicio impecable.
Gracias y hasta pronto!

Laura M.

Hicimos el menú degustación, estaba muy bueno, raciones pequeñas, igual un platito más estaría bien. Aún así, disfrutamos mucho de la comida y el personal fue atento y amable.

La única pega, es que hacía mucho viento y como necesitaban tener la puerta abierta del comedor, nos entraba constantemente el vendaval.