Camping Cala Pola - Tossa de Mar, Girona

Gisela C. L.

Hemos reservado fuera de temporada (septiembre) y la verdad es que estamos muy contentos con la estancia. Las cabañas no tienen nada que ver al típico mobilehome, camas super cómodas, terraza enorme y todo muy cómodo.
Aparcas en un parking fuera del recinto y te llevan las maletas en camionetas de forma gratuita, esto hace que el camping no tenga tráfico. Además tienes una piscina enorme, con tumbonas para mucha gente. La piscina tiene zona para niños donde el agua apenas cubre. Lo que más llama la atención es que tienes acceso directo a Cala Pola desde el parking, a unos 100 metros. Dispones de un pequeño super y un restaurante para comer allí o para llevar, nos llevamos unas pizzas para llevar y la verdad bastante buenas (unos 15€ cada una).
El ambiente es muy familiar y tienes el camí de ronda que va hacia Tossa en la misma cala. Recomiendo totalmente, tal vez el único punto a tener en cuenta (no tiene porqué ser negativo) es que para acceder al camping son unos 10' de carretera con muchas curvas, es decir, que el acceso es limitado y no es un lugar para ir entrando y saliendo, sino más bien quedarte en el camping instalado!
Tienen además un lugar lleno de actividades para los niños, con unas animadoras muy majas e involucradas en las actividades. Que esto no es fácil de encontrar!

Elisabet P.

Se hacen llamar resort pero están muy lejos de eso. Es un quiero y no puedo. Por su ubicación y por sus alojamientos bien podría ser un referente en la Costa Brava sur pero su lamentable oferta de servicios y casi inexistente oferta gastronómica le dejan muy lejos de eso. Pero empecemos por el principio.

Primero, es la primera vez que me encuentro con los siguientes horarios: check-in a las 5 de la tarde y check-out a las 10 h.

Segundo, no pueden entrar coches, así que te llevan las maletas al bungalow. Hasta ahí bien, pero tú tienes que ir a pie. Teniendo en cuenta que el camping está en un terreno lleno de cuestas y desniveles, no es lo más adecuado si vas con un bebé, empujando el carrito en pleno sol sin que te ofrezcan ninguna alternativa. Al hacer el checkout, si quieres que te suban las maletas (dado los desniveles es lo más normal ya que no puedes acceder en coche) resulta que tienes que reservar pero nadie te lo explica.

En cuanto al bungalow (nos alojamos en el tramuntana skyview) está realmente bien, es lo que más me gustó, obviando la enorme fila de hormigas que nos recibió de buena mañana repartida por toda la encimera a pesar de que no dejamos nada de comida. Pero bueno, estando en un entorno natural, al final somos nosotros quienes estamos en su hábitat. El bungalow está nuevo, es cómodo, tiene todo lo necesario y la terraza es genial.

Pero lo que ya terminó de rematar fue todo lo relacionado con los servicios: en el supermercado no puedes comprar nada para cocinar porque tienen 4 cosas, pero tampoco tienes muchas ofertas para comer o cenar en los restaurantes que dicen que tienen. Fuimos un sábado a las 14.30 h a preguntar si podíamos comer en el restaurante y nos dijeron que estaba cerrado (repito: sábado 14:30 h) pero que podíamos pedirlo para llevar. Variedad justita: pizza mediocre a precio de cualquier pizza al horno de leña hecha en Italia. Solo que te la comes en una caja de cartón y la cortas con un cuchillo de madera que no te queda otra que reírte de lo surrealista que es. La hamburguesa no importa si la pides al punto o poco hecha: te la van a poner como les apetezca. Y lo mejor: pides un mojito y ¡sorpresa! No tienen. Es un bar. Los mojitos están en la carta. Pero la respuesta fue “no nos han traído los ingredientes”. Sábado en plena temporada.

Lo único que se salva es el acceso directo a Cala Pola, muy cerca. Y su restaurante si tienes la suerte de que esté abierto. El último día antes de irnos fuimos al restaurante de la playa y realmente aunque se nota que están desbordados nos sirvieron muy bien y la comida está rica. Probamos un tartar de atún que me sorprendió para bien con un precio honesto. Así que si tenéis que ir a un restaurante del camping, podéis pasar del central e ir directamente al de la playa: mejor de precio, mejor servicio y comida rica.

No tengo más que decir, solo que es una pena que un lugar tan bonito esté tan mal aprovechado a nivel de servicios.

blanca S.

Hemos estado en una parcela con la furgoneta. Aseos y duchas muy limpias y cuidadas. Instalaciones muy cuidadas con mantenimiento diario. Trabajadores muy agradables y saben recomendarte muy bien qué hacer por la zona. Si le tengo que poner alguna pega son las pulseras, ya que son de papel y a los pocos días con las duchas, la playa y la piscina, se comienzan a estropear, a nosotros se nos rompió el mismo día que hacíamos el check-out. Es un camping para volver a ir en cuanto pueda !!!

Consuelo J.

Un camping que tiene muchas alternativas de alojamiento, desde cabañas equipadas a arriendo de espacio para las carpas. Tiene una zona común con mini supermercado, cafetería/restaurante; un espacio para niños con juegos, piscina con tumbonas, zona polivalente con mesas de ping pong (puedes pedir las pelotas palas o paletas allí en recepción). Nosotros éramos un grupo de 4 que nos alojamos en un bungalow que se supone que era hasta para 6 personas (que dormirían en el sofá del living) y el tamaño está bien para 4, no recomiendo para más. La cocina está equipada con lo básico así que recomiendo que lleves un buen cuchillo, sin embargo no tiene horno y las sillas que están puestas en la isla de la cocina son tan altas que es incómodo sentarse. Lamentablemente las 3 noches que estuvimos los trabajadores que pasaban por fuera gritaban y nos despertaban. Pienso que ha de ser porque las paredes eran muy finas. Para moverte con libertad necesitas la tarjeta de la habitación que nos entregaron las 3 deficientes y tuvimos que pedir nuevas. Puedes bajar a la playa directamente. Hay un restaurante ahí mismo también, se llena bastante en temporada alta.

Guilherme C.

Estuve en septiembre, el camping es precioso, todo muy bonito, pero es una lástima que la piscina no sea climatizada. Es tan fría que nadie se atreve entrar. Comparado con otros campings que tienen servicio de limpieza constante en los baños, Cala Pola los tiene un poco abandonados.

Lidia M. M.

Horror de limpieza, mantenimiento y respuesta a los clientes (ahhh sí?!, nada más) !!! Nos alojamos este pasado fin de semana. El lugar es inmejorable, también su decoración.
Las lanzaderas que llevan tus maletas van y vienen a toda leche, son un peligro. Siento escribir, no suelo hacerlo pero me fui muy decepcionada. No distéis respuesta a nuestras quejas. Bungalow sucio, con comida de los anteriores en sillas y suelo, pepitas de sandía por el suelo, vitro rajada con peligro de corte, mesa quemada por olla, muchas telas de araña habitadas por inquilinos hace muuuucho, encimera manchada de dudosas manchas pegajosas... queda descuidado y no es higiénico. Gracias por tener sábanas y toallas limpias. Nos alojamos en garbí con aromas y vistas a contenedor porque nuestro balcón daba a ahí.
Positivo localización, monitores, comida del restaurante y música en directo. No volveremos. Un error lo tiene cualquiera pero hay que dar soluciones rápidas y amables, eso es un imprescindible con un negocio así. Hasta siempre!

Sergio D. C. L.

Si tienes entre 18 y 65 años no te alojes en este camping. Sólo por jugar a juegos de mesa en un bugalow por la noche, sin hacer más ruido que hablar prácticamente susurrando nos ha llamado la atención 3 veces un guarda de seguridad, con malos modales porque "se os escucha desde abajo". Nos sentimos acosados y agobiados por no poder ni hablar.

Víctor G. M.

Excelente camping para pasar unos dias de relax. Esta todo muy bien organizado y tienes todo lo imprescindible para no salir del camping.

Importante remarcar, que si quieres visitar la ciudad, necesitas coche si o si.

Todo muy limpio y muy buen servicio. El acceso a la playa es todo un detalle.