CASA ANITA - Cadaqués, Girona

I C.

Sitio muy recomendable en Cadaqués. Hay que saber a lo que se va: a dejarse aconsejar para comer excepcional. Comida casera de calidad. Para dos personas: tostadas de tomate con queso y anchoas, espárragos con huevo y pimientos, una dorada con patatas y un postre (casero los prepara la mujer del dueño) y tres bebidas 86 euros. Ambiente familiar y acogedor.

Diego F. V. L.

He recorrido 17 países de Europa en una maratón de tres meses, y este lugar se llevó mis mejores impresiones, el amor, la pasión, el sabor, el servicio, que le impregnan a cada plato es fenomenal, no es un restaurante común, es como llegar a casa y cenar con una gran familia, lo recomiendo siempre, volvería mil veces , cruzaria de nuevo el Atlántico para verlos y disfrutar de este lugar, los ame.

Pedro M.

Restaurante peculiar donde sirven buen producto elaborado por buena cocina, que junto al servicio hacen una experiencia gastronómica.

Merece la pena conocerlo.

100% recomendable.

David G.

Recomendable 100%. De entre los cientos de sitios para comer en Cadaqués, volvería siempre a Casa Anita. Restaurante ‘distinto’ a los del entorno, metido en una calle fuera del bullicio del puerto, y auténtico en todos los sentidos. Solo con entrar se nota que es garantía de que vas a comer bien. Es un local pequeñito con pocas mesas y decoración a la antigua, donde preparan los platos casi a la vista y donde se nota que se toman el oficio también a la antigua usanza. El trato al cliente es exquisito, muy personal y familiar, y la comida es espectacular, especialmente el pescado. No hay carta, sino que se basa en lo pescado en el día, pero tampoco hace falta: te ofrecen detalladamente todo lo que tiene con las recomendaciones y sugerencias. Los postres son espectaculares. En definitiva, sitio de 10

Ana N.

Segunda vez que vengo a comer y otra vez que salgo feliz por la comida y el buen rato que Juanito y su mujer te hacen pasar.
Sin dudas, si se viene a Cadaqués hay que venir a probar su cocina.
El lugar es pequeño pero acogedor, hay que dejarse llevar porque desde que entras, Juan ya te va a ir preparando todo lo que vas a disfrutar.
Te sienta, te expone lo que tiene y tú, según cómo estés de hambre, eliges.
Producto de 10: anchoas exquisitas, preparadas sobre un pan de cristal con tomate y queso que te apetece pedir otra ración más.
Nos faltaron probar los huevos con espárragos, pero porque queríamos llenarnos con los pescados a la plancha que te preparan. Son salidos del mar, porque la frescura se nota, el punto de cocción exacto, jugoso por dentro y crujiente por fuera.
Luego vienen los postres caseros que prepara su mujer, variedad de helados que te apetece probarlos todos. Nosotros elegimos el postre de chocolate… una locura sin palabras.
Siempre que vuelva, vendré aquí.

Adrià V.

Comer en Casa Anita fue una experiencia muy gratificante. Desde las recomendaciones siempre acertadas de Juanito hasta las mesas compartidas con personas de otros países, en mi caso, una pareja de Burdeos y una chica de Nueva York. La comida fue excelente; todas las recomendaciones que recibimos fueron acertadas. El vino tinto fue exquisito, y terminamos con un postre de chocolate y un licor hecho por ellos mismos. Experiencia y restaurante 10/10.

Francisco J. L. G.

Reservamos por la tarde y Juanito nos aceptó la reserva, llegamos a la hora prevista, nos sentó en la mesa nada más entrar.
Sorprende con la cena, de hecho teníamos visto más o menos lo que queríamos a través de los comentarios de la gente y os puedo decir que se quedan cortos, totalmente recomendable, trato familiar, comida exquisita, el pescado fresco del día.
Lo más entrañable, junta a la gente en la misma mesa aunque nadie se conoce, acabamos todos conversando como si nos conociéramos….
Repetiría una y otra vez, gracias por tan linda velada.

Pedro M.

Llegar pronto porque es un único servicio y reservar. Menú en función del mercado del día. No venir con prisa y sí con hambre de una gran experiencia. Hoy nos tocaron espárragos frescos con pimiento y huevo. Arroz con gambas. Mel y mató. Extraordinarios.